lunes, 15 de noviembre de 2010

MANIFIESTO Red Construyamos: EN LA UNIDAD Y LA SOLIDARIDAD, EL GRAN CONCEPCIÓN REdNACE


MANIFIESTO

a nueve meses del terremoto

EN LA UNIDAD Y LA SOLIDARIDAD, EL GRAN CONCEPCIÓN

REdNACE

Queridas amigas, ciudadanas, hermanas, compañeras,

Queridos amigos, ciudadanos, hermanos y compañeros,

El 27 de febrero nos golpeó uno de los terremotos de mayor intensidad que la historia registra. Remezón seguido por un maremoto que ahogó lo construido en décadas por nuestro pueblo. Nuestra región fue una de las más afectadas, destruyendo vidas, casas, parte de su infraestructura vial y sus industrias.

Con el paso de los meses la crisis se agudiza, el mercado y la legalidad siguen afectándonos, desde aquel que perdió su departamento en un edificio recientemente construido, en que la ley protege a inmobiliarias, bancos y aseguradoras, dejando a sus habitantes sin un futuro cierto, hasta las cientos de barriadas arrasadas por el maremoto, agrupándolas en campamentos de emergencia que no cuentan con las condiciones mínimas para superar la tragedia y sin soluciones dignas en el corto o mediano plazo.

Miles de trabajadores y sus familias han sido desprovistos del sustento básico. La utilización indiscriminada por algunos empresarios del “caso fortuito o fuerza mayor”, como mecanismo de despido, hace evidente el deseo irrefrenable de aumentar sus utilidades a costa de la inestabilidad laboral y la precariedad del empleo.

Bajo estas circunstancias, el terremoto nos permitió ver la pérdida de valores, cómo se ha

sustituido al ser humano por el consumidor. La moral exitista, el individualismo y el consumismo, mostraron su cruel realidad.

También supimos del olvido de las regiones y provincias, lo que hace aún más dramática la situación de las zonas perjudicadas. El centralismo evidenció su inoperancia.

El 27 de agosto dijimos: No tenemos nada que celebrar este Bicentenario y manifestamos nuestro reclamo, porque las medidas de reconstrucción no se notan en nuestras vidas. Pero ¿qué ha pasado en estos 9 meses? ¿Qué ha cambiado en todo este tiempo?

Se conservan las mismas leyes que nos mantienen indefensos: siempre manga ancha para los grandes negocios y angosta para la persona común, para el que vive de su trabajo. Mientras, la Ley de Reconstrucción pasa sin conocimiento de la ciudadanía y sin participación popular. En vez de eso y con el argumento de favorecer al país, el Senado aprobó el proyecto de Royalty, garantizando la explotación del cobre chileno por la gran minería trasnacional...

En un país repleto de valiosos recursos, con ricas tierras y abundante mar, con posibilidades para todos y todas, ¿por qué no participamos de sus riquezas, cómo es posible tanta fragilidad?

¡Así es, también hay los que ganan gracias al terremoto! Y quien pierde nuevamente, nosotros, nosotras, los mismos que vimos flotar nuestras viviendas en el mar, los mismos que perdimos nuestros inestables empleos. El Estado no garantiza los servicios básicos y adecuados de la Salud, la Educación, la previsión, en vez de eso los privatiza y convierte en negocios para quien puede comprarlos.

La catástrofe desnudó los pilares podridos sobre los que está construido nuestro país. Por eso no nos limitamos a re-construir, queremos construir una sociedad distinta, fundada en valores diferentes para nuestros hijos e hijas, en la solidaridad, la justicia, la igualdad, la hermandad.

Ante los males de una sociedad desorganizada y desmoralizada, bajo el apetito voraz de unos pocos, el principal y verdadero problema ha sido la ausencia de una sociedad organizada, capaz de construir en comunidad.

Nos dimos cuenta de que es necesaria y útil la organización, que podemos unirnos al vecino, que la solidaridad es la mayor garantía de seguridad. Descubrimos en esos días fatídicos que siguieron al 27 de febrero que somos fuertes, capaces de unirnos y que podemos ser solidarios. ¿Estamos dispuestos a renunciar a ello?

Afortunadamente, están los gremios, las organizaciones estudiantiles, los profesionales concientes en pro de la educación y la salud; están las organizaciones que se plantean el problema de la vivienda, los damnificados unidos por sus derechos; los trabajadores también recuperan su conciencia luego de una larga época de barbarie económica, los consumidores y ciudadanos se organizan. Pero ninguno puede seguir solo.

Red Construyamos es una red de organizaciones vecinales y laborales, agrupaciones religiosas, de científicos, profesionales y artistas locales, trabajadores y trabajadoras, una red humana que se quiere fortalecer, porque nada conseguiremos actuando solos y nadie nos regalará nada. Unidad en la diversidad que representamos, reconociéndonos y haciéndonos solidarios con el problema de aquel que está a nuestro lado. Nuestro problema es también el problema del otro, y el problema del otro es nuestro problema. Y somos también concientes de que nuestros problemas particulares son frutos de una misma causa: el orden económico y social en el que vivimos.

Sin embargo, para que la unidad se haga verbo, tenemos la responsabilidad de construir. Las prioridades de una vida individualista y consumista están lejos de nuestra felicidad, porque la felicidad se construye con nosotros y nosotras, con nuestros verdaderos sentimientos y profundas esperanzas.

Muchos y muchas han perdido demasiado, muchos y muchas -si no hacemos nada- perderán aún más. Sin embargo, podemos levantarnos. No nos sirve para ello la soledad individualista ni el egoísmo que enseña el modo de vida imperante. Este país es suficientemente rico para crear, crecer y compartir.

Podemos tomar una decisión o dejarnos llevar por corrientes ajenas. Tenemos la opción de organizarnos para construir este país de una manera justa. La pregunta es: ¿cree usted en la solidaridad?, ¿podemos caminar a la gran vecindad? ¿Es posible soñar la nueva casa de todas y de todos? Sólo usted sabe, solamente usted elige.

Red Construyamos

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