miércoles, 24 de marzo de 2010

Emergencia, organización y reconstrucción popular en Parral



El Sábado 27 de Febrero durante la madruga, un terremoto arremetió sobre Chile, especialmente en la zona centro-Sur del país, es decir en la sexta, séptima y octava región del país. El terremoto y posterior tsunami en las costas de las regiones mencionadas, dejo a parte importante de la población y de la infraestructura, destruida emocional y materialmente.

Frente a esta catástrofe, se organizó espontáneamente una ola de solidaridad ciudadana. Si bien es cierto que la costa ha conocido una pérdida humana y material más fuerte que las zonas interiores, estas últimas se vieron en ciertos casos marginalizadas mediáticamente ante lo cual la ayuda que necesitaban, tarde más tiempo del necesario en llegar. Ese fue el caso de la comuna de Parral ubicada en la séptima región de Chile.

Es por ello que nosotros, pobladores, estudiantes y profesionales de varios ámbitos de la Región Metropolitana, decidimos aportar nuestra ayuda en Parral, sobre todo y teniendo un compañero originario de dicha comuna.

Hoy, hemos ido construyendo una red más amplia que une los ya mencionados anteriormente con los dirigentes sociales de las poblaciones parralinas.

Cuando nos apersonamos ahí, 4 días después del terremoto, ninguna ayuda había llegado y la autoridad comunal parecía superada por la situación e incapaz de satisfacer las necesidades básicas de la parte mas humilde de la población.

Si una parte de la clase popular de la comuna no ha sufrido daños estructurales en su vivienda, todos fueron afectados por la paralización de la actividad económica, estructurada entorno a la industria de las frutas, cuyas condiciones laborales son muy precarias (trabajo temporero solamente la mitad del año y sueldo diario son las características de esta condición) que no permite ahorrar dinero para enfrentar este tipo de situaciones críticas.

Nos encontramos así, frente a una fuerte situación de necesidades alimentarias. Para enfrentarla, nos organizamos para traer desde Santiago camiones cargados de alimentos imprescindibles para la confección de canastas familiares y así repartirlas en las poblaciones (barrios populares) de Parral. Nos dirigimos hacia dichos sectores, porque era claro para nosotros, que frente a esta catástrofe existirían criterios de priorización: los sectores más vulnerables de la población iban a sufrir con mucho más intensidad los efectos del terremoto.

Contrariamente al mito de la unión nacional vigente en tiempos de catástrofe natural, las desigualdades sociales no se suspenden con este tipo de acontecimiento.

Sin embargo, y al contrario de la tendencia dominante, para nosotros no se trataba de realizar una acción humanitaria. Nuestro propósito ha consistido en hacer la apuesta que la misma gente de esos barrios, a través de sus organizaciones, especialmente junta de vecinos, y dirigentes sociales, pudiera organizarse. A través de esa ayuda alimentaria, quisimos generar o fortalecer, según los casos, un proceso de organización desde la base dentro de las poblaciones. Por eso, decidimos trabajar con los dirigentes sociales, mas bien que con la municipalidad. Progresivamente, llegamos a la elaboración de un modelo organizativo en la entrega de la ayuda.

Se trataba de contactarnos con los dirigentes sociales de la población para pedirles la realización de un catastro, en el cual tenían que registrar las necesidades alimentarias de las familias que componían el barrio. El modelo fue muy exitoso, pues nos encontramos con dirigentes entusiastas ante esta forma de trabajo. En menos que un dia, recorrían su barrio y registraban las necesidades de sus vecinos.

Mas allá del aspecto practico, este método de trabajo permitió generar instancias de discusión y debate entre vecinos. Nos toco ir a una población para entregar la ayuda alimentaria. A nuestra llegada, la sede de la junta de vecinos estaba llena de gente. Según el presidente de la junta, eso no había pasado desde muchos años.

Hoy, la situación alimenticia parece mejorarse, pero aún quedan unas cuantas familias en situación de necesidad, a las cuales no debemos olvidar.

Sin embargo, el camino de la reconstrucción es largo. En adelante, la prioridad de la gente damnificada es encontrar una solución para pasar el invierno abrigada y bajo techo, en una mediagua. Aquí también queremos reproducir el modelo organizacional que fuimos desarrollando con la ayuda alimenticia. Se trata entonces, de trabajar con los mismos dirigentes sociales, que ellos sean los actores claves de la reconstrucción de sus barrios, porque saben mejor que la autoridad municipal, cuáles son las necesidades de sus vecinos. Además, sabemos que en numerosos casos, las municipalidades funcionan según criterios clientelistas, es decir que la ayuda esta dirigida hacia los que disponen de contactos dentro de la administración municipal. Nos hemos enterado entre otras cosas, que en ciertas poblaciones de Concepción, al momento de las distribuciones de ayuda, los ausentes quedaban definitivamente fuera de la distribución y los repartidores recibían su parte de la ayuda.

Además del tema de las medias aguas, mañana viene otra pelea, la de la reconstrucción de verdaderas viviendas. Creemos que sin organización esta pelea dejara afuera de los subsidios estatales a numerosos pobladores. Por eso, tenemos la voluntad de generar una red organizativa en Parral capaz de hacer escuchar su voz y de hacerse respetar por las autoridades locales y nacionales.

Si la solidaridad espontanea y autogestionada nos ha aparecido como necesaria, en adelante esa misma no tendrá la capacidad de satisfacer las necesidades de la reconstrucción. Pues la pelea tendrá que darse contra el Estado. Por eso, dentro del proceso de organización que queremos generar, tenemos entre otros objetivos, el de capacitar a los dirigentes sociales, especialmente en materia jurídica, a fin de saber cuáles son los deberes de las autoridades en tal circunstancia y cuáles son los derechos de los ciudadanos. En esta lucha, como en todas, el acceso a la información y el conocimiento de la situación constituyen armas esenciales. Sabemos que la reconstrucción se acompañara seguramente de un reordenamiento territorial, marginalizando territorialmente aun mas los pobres, por eso también hay que estar organizado e informado. Es lo que deja pensar ciertas declaraciones como la del periodista de Chilevision, Juan Eichholz: “No se trata solamente de reconstruir sino también de reformar.” (Frase pronunciada el 7/03/2010, Tolerancia cero)

En definitiva, esperamos hacer de la tragedia constituida por el terremoto una oportunidad por reconstruir el país, y no reproducirlo. Reconstruirlo a partir de las organizaciones locales, construir puentes entre ellas para que puedan enriquecerse mutuamente y hacer presión sobre las autoridades. Es lo que ya se esta desarrollando a través de una carta escrita y firmada por “los dirigentes sociales y lonkos” al presidente de la Republica Chilena, Sebastián Piñera, pidiéndolo una entrevista para hablar y encontrar soluciones a la situación de los sectores populares de la población chilena especialmente precaria tras el terremoto o a través también de la organización de un encuentro entre dirigentes sociales de Santiago y Parral patrocinado por la organización “SUR”. Reconstruirlo también generando o fortaleciendo instancias de discusión y debates entre vecinos. Por fin, reconstruirlo generando conciencia entre los sectores populares de la población chilena de que es necesario organizarse para existir y exigir el respeto a la persona humana, en dignidad y derechos.

Comité Territorial de Reconstrucción de Parral

¡Que el Pueblo Mande!


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