jueves, 18 de marzo de 2010

Cosme Caracciolo denuncia que empresarios y "buitres de la miseria" pretenden aprovecharse de la tragedia en las caletas del borde costero

Pasan las semanas y van quedando al descubierto las tragedias e historias que dejó el terremoto y posterior maremoto en decenas de pequeñas caletas y poblados del borde costero.

Miles de familias trabajadoras, hombres y mujeres dedicados a la pesca artesanal, a la recolección de algas y al buceo, vieron como en minutos se transformaba radicalmente el litoral y sus condiciones de existencia. La fuerza del maremoto devastó casas y escuelas, se llevó aperos de pesca, redes, cochayuyo en guarda y dejó instalada la incertidumbre sobre el futuro. Muchas familias han debido refugiarse precariamente en carpas ubicadas en los cerros. Los niños temen bajar a las playas por miedo a que el mar otra vez se enoje, mientras el esfuerzo colectivo, poco a poco, comienza a levantar nuevamente casas y espíritus. Desde los Comités Territoriales de Reconstrucción se ha organizado una red de ayuda en conjunto con los sindicatos de pescadores. Hasta caletas como Tubul, Dichato, Puertecillo, Topocalma entre otras, ha llegado la solidaridad de pueblo a pueblo. Para conocer un poco más de esta realidad conversamos con el compañero Cosme Caracciolo, histórico dirigente de los pescadores artesanales, quien nos relató las acciones que su organización está realizando para enfrentar las consecuencias del maremoto en las caletas y hace un llamado de atención para detener el aprovechamiento que empresarios y “buitres de la miseria” pretenden hacer con esta tragedia. “Nuestros equipos técnicos y profesionales -señala Cosme- están construyendo un catastro de la situación de las caletas y los habitantes situados en el borde costero amagado por el maremoto. Queremos llegar al dato fino respecto de las necesidades de nuestros compañeros, de sus familias, de los adultos mayores, de los niños y sobre las pérdidas materiales y de equipos que sufrió nuestra gente ya que desde el estado y las municipalidades solo hay miradas globales sobre la tragedia.

Hay varias cuestiones que nosotros tenemos que ir poniendo en alerta para el futuro ya que algunas autoridades han dicho que en los lugares donde pasó el tsunami no hay que construir más. De una u otra forma están diciendo que los pescadores deben irse a los cerros, pero estoy seguro que en 3 o 4 años más esos lugares van a ser ocupados por resorts o centros turísticos, porque las caletas están ubicadas en los mejores lugares de la costa.
Hay una especie de aprovechamiento para desocupar el borde costero, y podría asegurar que mas adelante va a haber negocios y especulación inmobiliaria. En Puertecillo y Topocalma hay una pugna histórica con los latifundistas que quieren echar a nuestras comunidades. Se quieren aprovechar de la situación de catástrofe pero nuestra gente está clara y bien orientada en su posición. Es un conflicto histórico que hay por el territorio costero, y quieren aprovechar esta coyuntura para expulsar a la gente de ahí. Tenemos que estar muy alertas. En Pichilemu ocurre lo mismo. Respecto a las muertes en el sector pesquero artesanal, si se mira el grado de desastre que hubo, tenemos muy pocas muertes que lamentar, felizmente. Esto es porque los pescadores no esperan el aviso de la gobernación marítima, ni de carabineros ni de los bomberos. Acá sabemos que si sucede un terremoto tenemos que ganar altura inmediatamente.
Los viejos dicen que su vida está en el mar. Por ejemplo en Constitución, una de las zonas más afectadas, están recogiendo palitos y armando algunos cuartos para vivir en los mismos lugares donde estaban las casas. El viejo, el pescador artesanal no está apegado a la casa, está apegado a la mar y eso es lo que no entienden las autoridades. Ha sido la sociedad civil organizada a través de grupos y organizaciones sociales las que han dado las respuestas necesarias. Si hay una lección que rescatar de esta tragedia es que en la situación de crisis en que estamos, solamente la sociedad organizada funciona. Las instituciones con su tecnocracia y burocracia han sido incapaces de responder. Como muestra es la ayuda que los compañeros han logrado hacer llegar a rincones de difícil acceso como Topocalma y Puertecillo. Acá en San Antonio tenemos ejemplos claritos de eso. Yo tengo memoria de varios terremotos ocurridos en el pasado; nosotros recurríamos a redes sociales de comunicación que eran los radioaficionados y resulta que yo sabía cómo estaba la gente en el norte o en el sur a las pocas horas de ocurrido el sismo. Pero ahora, siendo uno de los países que en América Latina cuenta con más telefonía celular, hemos quedado desconectados inmediatamente. Y esa red de la sociedad civil de comunicaciones está destruida. Esto nos tiene que servir para reflexionar y entender que la supuesta modernidad, lo que está haciendo, es aislarnos cada vez más. Una de las principales preocupaciones que tenemos es que los recursos para reconstrucción que puedan llegar por esta tragedia sean bien usados, bien dirigidos. Que no se pierdan en el camino. Ya se ven bandadas de buitres dando vuelta, los “buitres de la miseria”: estafadores y aprovechadores profesionales que históricamente han vivido de estas tragedias. Ya se ven a muchos de esos revoloteando alrededor de nuestras caletas, algunos de ellos prominentes ex funcionarios de gobiernos pasados, que por 20 años hicieron algo parecido en los órganos de poder. Son las organizaciones de los pescadores, los dirigentes de base de nuestras caletas los que conocen la realidad y ellos deben ser los que participen protagónicamente en el diseño e implementación de las soluciones. No son los alcaldes, ni los diputados ni los senadores, sino los dirigentes y las agrupaciones sociales, las mismas que han intentado destruir todos estos años, son ellas digo las que conocen los territorios, su gente y los problemas reales. Hacia ellos tienen que ir dirigidas las posibles ayudas. Desgraciadamente esta es una gran oportunidad para el lucro; a nivel gubernamental aparecen empresas… hay que mirar Irak donde los EEUU plantean reconstrucciones (de lo que ellos mismos han destruido) y ¿quienes son los que aparecen?. Acá, manteniendo obviamente las diferencias, creo que podría ocurrirnos algo parecido. Hay que estar atentos.”
EQUIPO DE COMUNICACIONES DE IGUALDAD

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