El reciente sábado 27 de noviembre, desde las 3 de la tarde, m
archaron por las calles de Concepción miles de trabajadoras, estudiantes, pobladores, vecinos y vecinas de la región; una diversidad de personas que se organizaron para demostrarle a las autoridades que el pueblo tiene mucho que decir… y vaya que sí lo hizo. En la marcha se manifestaron múltiples luchas del Chile actual: laborales, estudiantiles, sociales, medioambientales, religiosas; sin embargo, todas lograron reunirse en torno una sola problemática: la reconstrucción post-terremoto.
A nueve meses del sismo que nos estremeció, miles de personas en nuestra región se ven desprovistas de las condiciones básicas para vivir: hogar, alcantarillado, luz o agua. Miles en Talcahuano, en Dichato, en Lota y en una infinidad de lugares más no han recibido la ayuda necesaria para suplir sus necesidades básicas. Pese a la gravedad de todo esto, el gobierno se ha llenado la boca diciendo que la reconstrucción va viento en popa, cuando la verdad es que los problemas se han solucionado a puro parche y mediaguas. 
Lo más vergonzoso y humillante para muchas pobladoras y pobladores, es la serie de medidas que el gobierno ha prometido ante cámaras y medios, para luego dar la espalda, a quienes llevan meses y meses esperando que estas medidas se concreten. Es por esa desvergonzada indiferencia, que lxs pobladores han comprendido que la única forma de ser verdaderamente escuchadxs, es saliendo a las calles y organizándose, alzando una voz propia.
La manifestación cruzó toda la ciudad con batucadas, danzas, zancos, lienzos, cantos y gritos; miles de personas se sumaron a esta marcha-carnaval que demostró la creatividad, el entusiasmo y la fuerza que tenemos cuando nos unimos para exigir lo que nos pertenece y lo que es justo. Grande fue la sorpresa de muchos manifestantes cuando, al llegar la marcha a su destino, no estaba montado el escenario en el cual se realizaría un acto cultural. Impedidos por carabineros para realizar la actividad, lxs manifestantes constataron que la Municipalidad de Concepción, en una acción de cobardía e hipocresía, había avisado un día antes del 27 de noviembre que el acto cultural no podía realizarse en ese lugar. Para todas y todos quedó claro que esto no fue más que una maniobra trucha del gobierno para obstaculizar una 
instancia de organización social en torno a un tema que claramente les resultaba, por así decirlo, “incomodo”. Sin embargo, el escenario se cambio de lugar, y la actividad se desarrolló de igual forma en el Parque Ecuador. Cambiado el escenario los agentes policiales siguieron con el hostigamiento, el cual significo amenazas de arrestos, multas y expropiacion de los equipos, por lo cual se tuvo que terminar la actividad antes de lo previsto sin que se pudieran presentar los grupos teatropellan y los carepolera. Todo esto es claro signo de la represión del gobierno frente a la manifestación y organización social.
En conjunto con el acto cultural se monto la feria de las injusticias, donde las organizaciones sociales expusieron sus ideas y propuestas a la comunidad penquista. El acto contó con bandas de la zona y con un micrófono abierto para que distintas agrupaciones sociales pudieran dirigirse al público. Pese a la adversidad, la actividad resultó ser todo un éxito.
El consenso general es que el gobierno ha sido incapaz de ponerse a la altura del problema de la reconstrucción post terremoto, y es por esto mismo que lxs miles de manifestantes que asistieron a la marcha salieron a la calle y optaron por organizarse. Con este tipo de acciones se busca mostrar la ineficiencia y la mediocridad de un gobierno que se sigue preocupando de los grandes intereses 
económicos y no se ha acercado a la vida real de miles de familias afectadas por el sismo, porque en un país en que la desigualdad está a la orden del día se opta por invisibilizar a quienes “ensucian” el cuadro que el gobierno quiere pintar. Sin embargo las poblaciones han salido adelante por sus propios medios, y han decidido no quedarse calladxs. Otro de los temas importantes en la manifestación fue la denuncia al silencio de los medios de comunicación tradicionales, los cuales una vez más se han dedicado a ocultar aquellos conflictos que ponen en peligro la imagen del nuevo gobierno, como lo es claramente la problemática de las consecuencias post-terremoto.
Cabe destacar que tanto la convocatoria como la organización de esta marcha fue llevada a cabo por la Red Construyamos, conglomerado que agrupa a una serie de organizaciones sociales en busca de soluciones y propuestas frente a la problemática que dejó el terremoto. Por esto debemos estar atentxs: el sábado 27 de noviembre se demostró que no basta con el silencio de los medios, ni con la inoperancia de las autoridades, para hacer callar a la gente. Red Construyamos no descarta futuras movilizaciones y acciones, y las multitudes que dejaron su huella por las calles de Concepción dejaron en claro que energía, fuerza, solidaridad, autonomía y creatividad nos sobran para seguir luchando por lo que es justo.
Texto: Metiendo Ruido
Fotos: Violeta Purpura y compañero Maurice
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