Los problemas de la población Centinela II en Talcahuano
Entre los sinuosos cerros de Talcahuano se encuentra una zona llamada Centinela II, la cual comprende una serie de edificios (popularmente llamados bloques). En cada bloque viven alrededor de 20 familias y todos los bloques juntos agrupan a 700 de ellas. Los edificios fueron construidos de forma precaria y, por lo mismo, se vieron gravemente afectados por el terremoto. Aunque los vecinos cuentan que los edificios tenían problemas con anterioridad al terremoto, fue con este último cuando vieron la verdadera fragilidad de la construcción. En el contexto descrito se deben desalojar los edificios, ya que un posible terremoto o réplica de grandes proporciones podría ser fatal para las familias que habitan los departamentos.
Muchos vecinos, arrendatarios y propietarios, se vieron gravemente afectados, ya que se encuentran habitando viviendas sumamente frágiles producto de la irresponsabilidad del gobierno y las empresas inmobiliarias, las cuales construyeron los bloques sin las mínimas condiciones de seguridad.
Sin embargo el problema de los pobladores de Centinela II no solo se queda en eso. El gobierno ha decretado el desalojo de los vecinos, sin embargo no ha establecido soluciones habitacionales para los mismos. Por ejemplo, han ofrecido soluciones precarias como mediaguas, sin embargo, éstas ni siquiera se han instalado aún. Todo esto se agrava teniendo en cuenta que las autoridades establecieron que las familias debían abandonar el lugar el 12 de noviembre y las labores de demolición comenzarían el 15 de noviembre.
VECINOS DE CENTINELA
Los vecinos están dispuestos a dejar los departamentos, que con mucho esfuerzo adquirieron, pero bajo las mínimas condiciones de dignidad que necesitan. Muchas familias de esfuerzo, las cuales con mucho sacrificio adquirieron las viviendas, no están dispuestas a cambiarse a mediaguas, las cuales ni siquiera tienen algo tan básico como alcantarillado.
En el sector viven aproximadamente 700 familias y cerca del 35% de ellas ya desalojo los bloques sin ninguna solución habitacional. Sin embargo otros pobladores se niegan a dejar sus departamentos, hasta que obtengan una solución digna de parte de las autoridades.
Nos comentan que lo mínimo es que el Estado les brinde un subsidio de arriendo, el cual les permita desplazarse con sus familias a otra vivienda. También nos comentaron que el gobierno y las autoridades no se han hecho presentes con soluciones claras y ni siquiera se han acercado. Las familias, por tanto, se niegan a desalojar sus edificios hasta que existan soluciones verdaderas.
Por último contar que la presidenta de la junta de vecinos de la zona es militante UDI, lo cual ha dificultado la organización de la población, ya que la junta vecinal impide que ésta se desarrolle. Por tanto los pobladores se ven con otro impedimento para movilizarse, sin embargo han comprendido que la única forma de solucionar sus problemas es organizándose y en este sentido ya comenzaron a coordinarse conjuntamente. La idea de organizarse es obtener una respuesta clara de las autoridades en relación a su reubicación, la cual debe ser en condiciones dignas. En ese sentido piden un subsidio de arrendamiento para obtener una vivienda digna y no una solución precaria como las mediaguas.
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