Tribuna Obrera / 19 de enero 2011 / El film de los acontecimientos
17 diciembre: Un joven vendedor ambulante, que protestaba contra el embargo de su mercadería por la policía, se inmola por el fuego. El 19 y 20, en la población de Sidi Bouzid, violentos enfrentamientos entre la policía y jóvenes manifestantes. Los enfrentamientos se prosiguen hasta fines de diciembre. Del 3 al 10 de enero: Las manifestaciones se amplían. Ellas están marcadas por hechos sangrientos, particularmente en Kasserine, Thala, y Regued. La situación de precariedad y de la cesantía de los jóvenes, la dura explotación de los trabajadores, las alzas masivas de los precios y la opresión son la base de estos motines. “¡Por el agua, por el pan, No a Ben Ali!” son las consignas de la muchedumbre. 10 de enero: Ben Ali denuncia “actos terroristas perpetrados por granujas delincuentes” Las movilizaciones se amplían a otras poblaciones, a otras capas de la sociedad. 12 enero: El ministro del interior autoriza disparar sobre los manifestantes. Decenas de muertos serán registrados. Miles de tunecinos son arrestados. Pese al toque de queda violentos enfrentamientos han tenido lugar en Túnez, ciudad que hasta ese momento no había registrado movilizaciones. “¡Por el Pan, Por el Agua, No a Ben Ali!”, es la consigna de las masas. La movilización se amplia. Los jóvenes, los trabajadores con sus banderas sindicales UGTT, los abogados que desfilan con sus togas, los médicos, las madres de familia, los cesantes, los comerciantes, todas las capas de la sociedad tunecina se encuentran en la calle. En Sfax, la segunda ciudad del país, es la UGTT que llama a una manifestación que reagrupa 30.000 personas. Las empresas son cerradas. En los barrios aparecen los primeros comités, que tienen por tarea la de proteger a la población contra las acciones policiales. 13 enero: Ben Ali hace un discurso en la televisión. El se compromete a dejar el poder en el año 2014, destituye algunos ministros y ordena el fin de los disparos de la policía contra los manifestantes. Separa de su función al jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, que ha rechazado implicar al ejército en la represión. 14 enero: En Túnez como en numerosas ciudades de provincia, por decenas de miles, el pueblo tunecino manifiesta al grito de “¡Fuera Ben Ali!”. La policía de Ben Ali continúa reprimiendo. Los primeros soldados que aparecen son aclamados por la muchedumbre. Se asiste a escenas de fraternización. A las 17 horas, el Primer ministro Ghannouchi anuncia en la televisión que él asegura la presidencia en remplazo de Ben Ali, que ha abandonado el país. Este se ha fugado del país con su familia y su clan… y toneladas de oro. Algunas horas antes, la administración americana ha criticado duramente a Ben Alí. Se conocerá ulteriormente por la prensa que, ese mismo día, los generales han visitado Ben Ali para decirle que debe abandonar Tunisia. Durante la noche, los enfrentamientos se prosiguen. Numerosas propiedades de Ben Ali y del clan de los Trabelsi, la familia de la mujer del presidente, son atacadas y destruidas. Grupos de hombres en armas rodean los barrios para disparar sobre la población. La mayoría de ellos son policías, órgano de represión de Ben Ali que, luego de decenios, masacra a los tunecinos. Ellos no tienen nada más que perder y siembran el terror. El estado de urgencia es decretado. 15 enero: El ejército, que no estaba directamente implicado en la represión comienza a desplegarse. Ella ataca a las milicias de Ben Ali, esencialmente compuestas de policías. El pueblo saluda la acción de los militares. Pero en los barrios, en todas las ciudades de Tunisia, surgen comités de barrios que organizan la defensa de los ciudadanos. Barreras son levantadas. Los jóvenes, los trabajadores armados malamente de palos y de hachas aseguran la protección de los ciudadanos. Numerosos enfrentamientos los oponen a las milicias de Ben Ali. Varios policías son muertos luego de ser abatidos por los habitantes. Finalmente, se conoce que el Primer ministro, que había sido nombrado presidente en la víspera, ha dejado de serlo y que en su lugar es el presidente del Parlamento, Foued Mebaza, que asegura la presidencia interina. El nuevo presidente nombra como Primer ministro al que en la víspera había sido el Primer ministro de Ben Ali, y el responsable de la Banca Mundial. El antiguo nuevo primer ministro, Ghannouchi anuncia que él propone la formación de un gobierno de unidad nacional. 16 enero: El Primer ministro recibe a los partidos de oposición y la UGTT, la Central Sindical. Los tres partidos de oposición que él recibe (PDP, FDTL y Ettajdid) son los partidos de oposición legales, es decir aquellos que eran aceptados en el cuadro de la dictadura de Ben Ali. 17 enero: En tanto que las manifestaciones en la calle continúan, el Primer ministro anuncia la formación de un gobierno de unión nacional. En lo esencial está compuesto de ministros del RCD de Ben Ali, de representantes de tres partidos de oposición legal, de personalidades de la sociedad civil y de tres cercanos o miembros de la UGTT. Durante la tarde, en varias ciudades, miles de manifestantes exigen: “¡Disolución de RCD!”. Ellos rechazan un gobierno con ministros de Ben Ali y, particularmente, al ministro del interior, aquél que había dado la orden de disparar contra los manifestantes. En varias regiones y ciudades, las tomas de posición de responsables o de instancias de la UGTT denuncian la participación de próximos de la UGTT en el gobierno. Los comités populares en los barrios comienzan a organizar la distribución de alimentos. Ellos gestionan los barrios y aseguran sus permanencias en los locales de la UGTT. En el país se discute, en las plazas, en los barrios, en las entradas de las empresas. “Ghannouchi, es el ministro de las privatizaciones.” “la democracia, es expresarse libremente.” Un obrero: “Para mí, es el respeto al derecho de los trabajadores.” Una mujer: “¿la democracia? Es la libertad, la enseñanza laica y el respeto de los derechos de las mujeres.” Otro dice: “¿la democracia?, debe ser un gobierno que nos represente y aplique nuestras elecciones.” Una mujer, se dirige a periodistas franceses: “Vosotros habéis tenido el 14 de julio de 1789. Nosotros tenemos el 14 de enero 2011. Vosotros habéis echado el antiguo régimen. Nosotros también, debemos hacerlo.” Un sindicalista de UGTT: “La Democracia, no es el arreglo de este régimen. Son las elecciones libres y democráticas. Es una Asamblea Constituyente que pondrá fin con el régimen existente.” 18 enero, 13 horas: Un reunión extraordinaria de la dirección nacional de la UGTT es convocada con urgencia. Ella adopta una resolución considerando “que el gobierno no es el nuestro” y anuncia que ninguna persona en el gobierno puede reclamarse de la UGTT. Una hora más tarde, a las 14, los tres ministros sindicalistas de la UGTT anuncian la demisión del gobierno. Houssine Dimassi, nombrado ministro del empleo, declara: “Nosotros nos retiramos del gobierno al llamado de nuestro sindicato.” En la tarde, numerosas manifestaciones han tenido lugar exigiendo: “¡Por el agua, por el Pan, No al RCD!” y también “¡Disolución del RCD!”, “Es todo el régimen que debe partir.” 18 enero, 17 horas: El Foro Democrático por el Trabajo y las Libertades (FDLT) anuncia, luego de de la demisión de los tres ligados a la UGTT, que “ellos suspenden su participación en el gobierno”. El partido de “oposición” Ettajdid (ex – PC) amenaza de abandonar el gobierno, ya que los otros ministros son todos miembros del RCD. El presidente interino y el Primer ministro anuncian sus demisiones del RCD. El RCD anuncia la exclusión de Ben Ali. 18 enero, 18h 10: La agencia Estándar and Poora amenaza con bajar la nota de crédito de Tunisia: “La inestabilidad política actual podría afectar la crisis económica y las finanzas publicas deteriorarse.” En consecuencia, la agencia anuncia que ella coloca a Tunisia sobre “vigilancia negativa”. En Túnez y en otras ciudades las manifestaciones continúan. “¡El dictador ha caído, pero no la dictadura!”. La policía del nuevo gobierno intenta dispersar a los manifestantes a golpes de gas lacrimógenos y bastones. “¡RCD asesinos!”, responde la muchedumbre. “Nosotros rechazamos a este gobierno criminal que quiere volar la revuelta de nuestro pueblo. Nosotros denunciamos a los partidos de oposición que están en el gobierno”. Explica un manifestante. En numerosas ciudades, se preparan manifestaciones para este miércoles 19. “La UGTT ha jugado un gran rol en la movilización popular”
Entrevista con un responsable sindical de la UGTT realizada el 18 de enero, algunas horas antes del anuncio por la dirección de la UGTT que “ella no reconocía al gobierno”, seguida una hora más tarde por la demisión de tres ministros ligados a la UGTT. ¿Cuál es tu apreciación de la situación política en este mismo momento? Lo que quiero decir es que todas las dictaduras queman el país para no permitir al pueblo profitar de su victoria, de su revolución, y, más que eso, no le conviene al imperialismo que el pueblo soberano realice su revolución y que se deshaga de su dictador en la medida que todo régimen colocado sobre la sombra del orden mundial imperialista está sometido a sus directivas. Porque ellos se dan cuenta de lo que pasa en Tunisia es un sismo que puede tener una influencia sobre toda la región, en particular en el conjunto del mundo árabe, y de manera más amplia, sobre todo el continente. Profitar de su revolución, esto quiere decir que el pueblo se expresa, que él impone su voluntad, que él impone sus propios representantes, que lo defienden y defienden sus aspiraciones a la justicia social y todas sus aspiraciones que han sido aplastas. Esto es lo que está en vías de pasar hoy día. Se está eliminando un dictador y de sus próximos, pero no se está eliminando a un régimen dictatorial. Porque nosotros tenemos que vernos con un sistema, no tenemos que vernos con sólo personas. El régimen estaba encarnado por el dictador Ben Ali; Cierto, se ha eliminado a este, pero queda dos de sus componentes: un componente de represión policial, formada de milicias armadas y de su guardia, que está derramando la sangre de nuestros hijos, y un componente político, compuesto por el aparato del RCD, Rassemblement constitucional démocratique, partido único en el poder) y del gobierno de unión nacional. La prueba está ante nosotros, la toma de contacto, confirmada por las agencias de prensa y televisión internacional, entre el Primer ministro, Ghannouchi, y el dictador derrocado, que se encuentra en Arabia Saudita. Entonces se hace necesario que este dictador sea extraditado a Tunisia para ser juzgado. El pueblo odia a este dictador que ha echado, como odia odiaba a su Primer ministro, Ghannouchi. Lo que vuestros lectores deben saber concerniente a este primer ministro, es que él ha ejercido sus “competencias” en tanto experto de la Banca Mundial. Ciertos partidos quisieran presentarlo como un hombre integro, al tiempo que él organizaba toda la política de liquidación de nuestras empresas públicas y que protegía todo el despojos y robos. Se ha favorecido como todos los otros, que se conoce bien hoy día, es decir las familias reinantes. Es cierto, él ha tenido un pequeño reino en tanto que los otros han tenido una mayor parte, pero estaba entre ellos. ¿Es lo mismo con el ministro del interior? Es necesario mirar las morgues y el odio del pueblo testimoniado por el ministro del interior en el momento de su conferencia de prensa de ayer. El ha olvidado que ha existido un 14 de enero y que la revolución tunecina está en marcha, pero, por su parte, él continua pensando que se encuentra en las bellas horas del régimen de Ben Ali. Su verbo era un verbo amenazante y sus propósitos eran cargados de mentiras como lo había habituado su patrón, Ben Ali. El 14 de enero las masas han descendido en la calle para exigir la partida del dictador. Este ministro del interior, que está hoy día en ejercicio, ha lanzado sus tropas, bombardeado a los manifestantes de bombas lacrimógenas. La situación pudo haberse transformado en una verdadera carnicería. El ha pretextado que se actuaba así porque un manifestante había arrancado una bandera nacional. Nadie mejor que el pueblo protege y defiende la bandera nacional. El no ha dicho la verdad. Todo lo que ha hecho ha sido aterrorizar al pueblo. El pueblo tunecino ha cortado la cabeza de la víbora, pero la víbora se debate todavía. Es necesario ser vigilantes. Tenemos nuestra revolución, es necesario que se continuara en defenderla. Es necesario que se defienda nuestros comités populares. ¿Justamente, a propósito de la constitución de comités populares en todas partes del país, en los barrios populares, en las poblaciones, que es ello exactamente? Los comités populares están en vías de jugar un gran rol y de dar nacimiento a tradiciones de defensa de la revolución. Aquellos que la encuadran son nuestros jóvenes que son politizados, próximos o impregnados profundamente del ideal socialista, o, simplemente demócratas o nacionalistas. Los comités populares, al mismo tiempo en su rol de organización de la vida en las barrios y poblaciones y de su defensa, informan a la población del doble peligro que amenaza la marcha de la revolución: de una parte, las milicias asesinas que continúan a sembrar el terror allí donde ellas pueden, y de otra parte, todas las estructuras del Estado que continúan estando en manos del antiguo régimen. Los comités populares son hoy día capaces de agrupar a escala del país y de organizar. Es necesario saber que el gobierno de Ghannouchi coloca todos los esfuerzos para quebrar la ampliación de estos comités populares, prohibiendo particularmente la reunión de más de cuatro personas. Hoy día, los comités populares juegan un rol considerable en el seno de la población tomando en carga el aprovisionamiento de las ciudades, de la unión con los comerciantes para que ellos, los comités populares, realicen una distribución equitativa de los productos de primera necesidad, el control de la distribución del gas y de la gasolina, todo esto se hace con disciplina. Delante de los locales, por ejemplo, puede haber una cola de doscientas personas, sin desordenes o conflictos. Cada ciudadano está consciente de lo que está en juego, que representa su soberanía, su autodeterminación por su existencia. Y esto, es necesario colocarlo en conocimiento de todo el mundo, se sucede en la mayoría de las comunas. Los comités populares están naturalmente instalados en los mismos locales de la UGTT, a escala de las localidades y a escala regional. Se necesitaría que todas las fuerzas de la revolución, es decir todos ellos que no tienen ninguna atadura con el antiguo régimen o que no se han comprometido con él, que se rencuentren, que se unan sobre una base de acción común. ¿Cual es la posición de la UGTT? Es necesario decir que la UGTT reagrupa todas las tendencias del movimiento obrero. Ella ha jugado un gran rol en la movilización pese a la oposición en el seno de su dirección. Es necesario decir que la mayoría de las manifestaciones, de reagrupamientos, partían de los locales de la UGTT. La UGTT ha publicado un comunicado luego de la caída del dictador, donde el punto central dice claramente que la central sindical se opone a toda presencia de representantes del antiguo régimen en el seno del gobierno.
Notas UGTT: Central sindical que reagrupa desde 1947 a toda la clase obrera tunecina. Todas las tentativas de división y construcción de una organización sindical paralela han fracasado. Ben Ali, luego de la toma del poder ha intentado integrarla y bloquearla. RCD: El partido de Bourguiba, el Partido socialista es rápidamente transformado en 1987 en Reagrupamiento Constitucional Democrático (RCD). Este encuadra, a través de sus células y comités de barrios, toda la sociedad. (Partido Único). Las familias reinantes: los Trabelsi, Matri, Mabrouk, Chiboub, Ben Ali son todas las familias allegadas de Ben Ali y de su mujer, Leïla. Ellas han acaparado todos los jugosos negocios locales y las migajas concedidas por el imperialismo en el marco de las privatizaciones de las empresas públicas. La fortuna de estos grupos se cifra hoy día en decenas de miles de millones de dólares.
0 comentarios:
Publicar un comentario